[ Pobierz całość w formacie PDF ]
.Se trata deconsideraciones de importancia planetaria, señorita.Junto a las cuales, la muerte de unapequeña cultura era una fluctuación cuántica. Esta discusión es una tontería y no tiene sentido  dijo Delgado.El doctor Hakim yyo no vamos a decidir nada.Informaremos y recomendaremos, junto con otro centenar deinvestigadores, incluyendo sofotectos y robots de vigilancia, pero la decisión vendrá deHiroshima.Lleve su caso a las comunicaciones públicas, si lo desea.Haga que susrepresentantes intenten convencer a sus delegados en la Asamblea.Apele a la Alta Cortey al presidente. ¿O a la Teramente?  se burló Aleka.El ápice, la inteligencia final del cibercosmos.En una era anterior, hubiese dicho «Dios.Se rindió. No.Lo siento, sirs.Desde su punto de vista, tienen buenas intenciones, y hacen bien.Ya no tengo nada más que hacer aquí.Si me perdonan, me iré a casa.Ellos se despidieron con amabilidad y la escoltaron hasta la cubierta, aquellos hombrescivilizados cuya presencia no podía ya soportar.Empleó el informador de su muñeca parallamar al bote.  Good bye  dijo, no «aloha», y saltó a la cabina del piloto.Ka'eo la acompañómientras se alejaba.La tormenta en la lejanía había pasado con velocidad tropical.Frente a ella descendíael sol.El dorado se estremecía sobre olas que saltaban desde un azul profundo.Lamecían.El aire estaba enfriándose; a popa quedaban olores vegetales y respiró unaneblina salada subliminalmente fina.A una distancia sin límites, la puesta de sol sereflejaba en las alas de un albatros.Durante un momento, se sintió libre.Deseaba regresar a su hogar; su casa, los jazmines e hibiscos en el porche, laspalmeras murmurando sobre su cabeza, gravilla, bambú y hermosas piedras alrededor dela casa comunal, las vigas del techo desafiando al pico Paniau en el cielo, caminos yjardines donde la gente paseaba con tranquilidad y hablaba en voz baja y alguien rasgabaunas cuerdas o soplaba una flauta.tiendas y barcos en el puerto, lugares de trabajocerrando al final del día y máquinas que nunca descansaban, el cenotafio dedicado a losdesaparecidos en el mar, porque ser un Lahui implicaba tener algo de valor.pero primero quería pasar un tiempo a solas en el océano y sentir el silencio cercanode su hermano de juramento.No había prisa.Tenía instrumentos para la noche.Además, pronto se elevaría una lunacasi llena.Detuvo el motor y tocó un mando.Se extendieron el mástil, el botalón y laquilla, se desplegaron la vela mayor y el foque, el timón se adelantó.El viento la llevaría aNiihau.No se sentía especialmente hambrienta o sedienta; Delgado había sido todohospitalidad.Sin embargo, tomó un botella de agua y una tableta de comida del armarioantes de ponerse al timón.Siguiendo su propio curso, el sumergible se hundió bajo el horizonte oriental.Ka'eoapenas se movía en el agua, a varios metros a estribor.A menudo se hundía durantevarios minutos, mientras ella evitaba preguntarse qué estaría comiendo.De vez encuando aparecía una nave aérea en el cielo, no más que una chispa flotante.Teníalibertad para buscar la paz.No le fue fácil.Ni relajar los músculos ni recitar mantras le eran de mucha ayuda.Sedecidió a comprender aquel día como parte de algo mayor.No había sucedido nadarealmente nuevo.Era simplemente que los acontecimientos llegaban a la encrucijada,como ya sabía que sucedería.Durante toda la vida lo había sabido, un conocimiento quehundía sus raíces en una época anterior a su nacimiento y en el espacio en los confinesmás alejados del Sistema Solar.Pero lo había visto, lo había sentido, por sí misma.Buscó en sus recuerdos, no tanto de allí como del extranjero, Rusia, Yuri, la pasiónlyudovita contra el mundo cibernético que todavía tenía un lugar en lo más profundo de suser, misiones al continente y la red oculta de metamorfos que había encontrado, Selene yla fría furia selenita, las máquinas, máquinas por todas partes, y los sofotectos en sumultiplicidad y en su unidad.La historia se había convertido en la nueva fase de la evolución.No tenía sentidooponerse, no más que protestar por el fin de Deméter en Alfa Centauri.En la Tierra, almenos, cuando perecieron los dinosaurios, los mamíferos alcanzaron la gloria; y el linajede los dino saurios vivía en las aves.¿Podría de la misma forma un pueblo condenadoencontrar alguna forma de transfiguración evasora?No encontró ninguna respuesta; pero pensar, la perspectiva, la compañía del viento, elmar y el timón entre las manos, le concedió cierta calma.El sol se hundió, cayó la rápida noche, las estrellas resplandecieron.No todo era malo.Si hubiese vivido en los primeros años del Lahui nunca habría visto un cielo como aquél.La tecnología avanzaba; la población mundial se reducía, el efecto invernadero estabacontrolado, había menos nubes oscurecedoras y se había reducido la contaminaciónlumínica.Claro está, quedaba un rastro.No contemplaba el esplendor que habíanpresenciado sus antepasados, los que habían llevado sus canoas de un extremo al otrodel océano o aquellos que las naves yanquis habían llevado por el mismo mar de este a oeste.Pero claro, también había estado en la Luna, en la cara oculta, donde no brillaba laTierra, y había mirado al espacio desnudo.Había estado en el interior de un diamante gigantesco, y por entre fragmentos de luzhabía escuchado palabras que podrían resultar de esperanza.Mientras seguía con sus recuerdos, Selene se alzó tras ella.La vela se llenó de luzpálida y su reflejo trazó un sendero tembloroso.Dio un golpe de timón.La tela gimió, el agua gorjeó, el bote viró. Aleka Kame erijo elteléfono.Se sorprendió.¿Quién podría ser? Dolores Nightborn para Aleka Kame, para Alice Tam  dijo la voz.Era femenina yhablaba un anglo neutro, pero instantáneamente supo de dónde venía.Acepte.Sintió latidos en los oídos.Le temblaba el dedo que extendió para tocar el instrumento.El panel, al encenderse, era como una pequeña ventana [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • sp2wlawowo.keep.pl